Pata delantera torcida en perros: causas, consecuencias y rehabilitación
Las patas delanteras torcidas, también conocidas como deformidades angulares de las extremidades (DAE), son un problema ortopédico común en los perros, especialmente en razas condrodistróficas (aquellas con patas cortas y cuerpos largos, como el dachshund, west highland white terrier, corgi, pequinés), aunque también pueden presentarse en cualquier raza debido a traumatismos o problemas de desarrollo. Estas deformidades ocurren cuando los huesos del antebrazo, el radio y el cúbito, crecen a diferentes ritmos o cuando uno de ellos deja de crecer prematuramente. Este desequilibrio provoca una torsión visible, una desalineación de las articulaciones y un desgaste acelerado de las estructuras circundantes. Estas condiciones son conocidas como síndrome del radio corto o síndrome del cúbito corto, dependiendo de cuál sea el hueso afectado.
Como resultado, los perros afectados experimentan inestabilidad articular, aumento del desgaste, osteoartritis y cambios posturales compensatorios en todo el cuerpo. Comprender los cambios anatómicos, el impacto en las articulaciones y cómo manejar esta condición es esencial para mejorar la movilidad, el bienestar y la calidad de vida del perro.
Anatomía del antebrazo: El papel del radio y el cúbito
El antebrazo del perro está compuesto por dos huesos principales:
- Radio – El principal hueso de carga del antebrazo, que debe alinearse perfectamente con el húmero (hueso del brazo) y el carpo (muñeca).
- Cúbito – El hueso estabilizador, que permite la congruencia articular y el movimiento adecuado.
Principales puntos óseos afectados por las patas torcidas
- Proceso del olécranon – La prominencia ósea en la parte posterior del codo (parte del cúbito), donde se insertan los músculos del tríceps.
- Proceso estiloides del cúbito y del radio – Contribuye a la estabilización de la muñeca.
- Escotadura troclear – La depresión en el cúbito que se articula con el húmero, permitiendo la flexión del codo.
- Huesos carpianos – El conjunto de pequeños huesos en la muñeca, que se desalinean en presencia de deformidades angulares.
- Cavidad glenoidea (articulación del hombro) – Soporta el peso compensatorio derivado de una mala alineación de las extremidades.
Cuando el radio y el cúbito no crecen al mismo ritmo, el hueso más largo sigue desarrollándose mientras el otro se tuerce, generando una deformidad angular evidente.
Causas de las deformidades angulares en las patas delanteras
1. Crecimiento asincrónico del radio y el cúbito
Los huesos de los perros crecen a partir de placas cartilaginosas en los extremos del radio y el cúbito. Si estas placas de crecimiento se cierran prematuramente, el hueso afectado deja de crecer mientras el otro continúa, provocando una deformidad angular.
- Cierre prematuro de la placa de crecimiento del cúbito: El cúbito deja de crecer, mientras que el radio sigue alargándose. Esto provoca un arqueo externo de la extremidad y un estrés anormal en el codo, desplazando la articulación del codo y causando luxación o subluxación.
- Cierre prematuro de la placa de crecimiento del radio: El radio deja de crecer mientras el cúbito sigue alargándose, provocando una torsión interna y una posible desviación del carpo. El cúbito sigue creciendo, forzando la muñeca y el codo a adoptar una posición anormal.
2. Causas secundarias: Traumatismos y lesiones
Incluso en perros sin predisposición genética, los traumatismos pueden desencadenar esta condición:
✔ Saltos desde superficies elevadas → Pueden dañar las placas de crecimiento, deteniendo el desarrollo de uno de los huesos.
✔ Estrés repetitivo → Superficies inadecuadas o actividades de alto impacto pueden agravar debilidades estructurales preexistentes.
✔ Desequilibrios nutricionales → Una alimentación inadecuada con una proporción incorrecta de calcio y fósforo durante el crecimiento puede contribuir a un desarrollo óseo anormal.
Cómo afectan las deformidades angulares a las articulaciones y al cuerpo entero
La desalineación provocada por las patas torcidas ejerce un estrés excesivo sobre múltiples articulaciones, lo que lleva a:
✔ Luxación o subluxación del codo: Debido a la biomecánica alterada del antebrazo, las articulaciones humerorradial y humerocubital pueden volverse inestables.
✔ Hiperextensión o inestabilidad del carpo: La distribución desigual del peso puede provocar tensión excesiva en los ligamentos, resultando en inestabilidad articular.
✔ Sobrecarga y fatiga del hombro: Para compensar la mala mecánica del antebrazo, la articulación del hombro absorbe más impacto, lo que la predispone a la osteoartritis temprana.
✔ Problemas en la espalda y columna baja: La escápula y los músculos de la espalda trabajan más para mantener la postura, causando tensión compensatoria y dolor en la columna torácica y lumbar.
Detecta estas deformidades:
Si bien la torsión visible es la señal más obvia, los propietarios también deben estar atentos a:
✔ Distribución anormal del peso – Mayor carga sobre una extremidad o una marcha alterada.
✔ Reticencia a saltar o jugar – Signos de incomodidad debido al estrés articular.
Una consulta veterinaria con estudios radiográficos es esencial para un diagnóstico preciso e intervención temprana, evitando el deterioro progresivo de la articulación.
Opciones de tratamiento
1. Intervención quirúrgica
La corrección quirúrgica temprana es la mejor opción para prevenir daños secundarios en las articulaciones y el desarrollo de artritis.
2. Manejo conservador y rehabilitación
Si la cirugía no es viable o la condición es leve, la fisioterapia y el cuidado de apoyo pueden ayudar a controlar los síntomas.
✔ Fisioterapia y entrenamiento de fuerza – Para fortalecer los músculos de soporte y mejorar la movilidad.
✔ Terapia miofascial y masaje – Reduce la tensión en los grupos musculares compensatorios.
✔ Suplementos para la protección articular (elementos esenciales para un soporte completo):
- Colágeno y Colágeno Tipo II – Esenciales para la salud del cartílago.
- Colágeno hidrolizado – De fácil absorción.
- Vitamina C – Necesaria para la síntesis de colágeno.
- Glucosamina y Sulfato de Condroitina – Apoyan la reparación articular.
- Omega-3 (DHA y EPA) – Propiedades antiinflamatorias.
- MSM y Ácido Hialurónico – Mejoran la viscosidad del líquido articular.
- Cúrcuma + Piperina – Potencian la respuesta antiinflamatoria.
Ajustes en casa para mejorar la calidad de vida
✔ Superficies antideslizantes – Reducen el estrés articular y evitan caídas.
✔ Platos elevados para comida y agua – Fomentan una mejor postura.
✔ Camas ortopédicas – Proporcionan soporte a las articulaciones durante el descanso.
Ejercicios recomendados para perros con síndrome de radio/cúbito corto
✔ Ejercicios de cambio de peso – Promueven una distribución equitativa del peso.
✔ Caminar en superficies inclinadas – Fortalece los músculos estabilizadores del antebrazo.
✔ Trabajo con barras de cavaletti – Mejora la flexibilidad articular y la propiocepción.
✔ Ejercicios de rango de movimiento pasivo (PROM) – Mantienen la movilidad articular.
Conclusión
Las deformidades angulares de las extremidades delanteras no son solo un problema estético, sino una condición que puede afectar seriamente la movilidad y calidad de vida del perro. La detección temprana, la cirugía cuando sea necesaria y una fisioterapia adecuada pueden mejorar significativamente su bienestar.
Referencias científicas
- Fox DB, Cook JL, Minturn D, Kieves NR. (2018). Veterinary Surgery Journal.
- Hulse DA, Beale BS. (2019). Journal of Veterinary Orthopedics.
- Marcellin-Little DJ, Levine D. (2015). Veterinary Rehabilitation & Movement Science Journal.